"No estás, pero sigues aquí"
- Kurt Bendfeldt
- 23 abr
- 2 Min. de lectura

Porque aunque se detenga una vida, el amor nunca muere.
Hay momentos en que el tiempo se parte. Días en los que una voz deja de sonar, una silla queda vacía y el mundo —aunque sigue girando— ya no se siente igual. El duelo no llega con aviso. Solo aparece, se instala en el pecho… y se queda ahí, moviéndolo todo.
Dejamos de hacer cosas que antes eran rutina. Las llamadas diarias. Las comidas en familia. Esa broma interna que solo entendían ustedes dos.Dejamos de celebrar aniversarios. Cambian de nombre: ya no son fechas especiales, sino recordatorios.Dejamos de escuchar ciertas canciones porque duelen.Dejamos de visitar algunos lugares porque ahí todo grita su ausencia.
Y duele. Duele profundo. Duele sin explicación.Porque el duelo no solo es la falta de una persona. Es la falta de lo que vivíamos con ella.Y en medio de ese vacío, muchas veces creemos que todo se acabó.
Pero para quienes creemos en Dios, la muerte no es el final… es el umbral.La despedida de este mundo es el primer paso hacia una eternidad donde nada duele, nadie falta y todo es completo.Aquí lloramos, sí. Porque amamos. Pero sabemos que el amor no se muere. Solo cambia de forma.
Un día, volveremos a abrazar a quien hoy nos hace falta.Un día, volveremos a escuchar esa risa sin lágrimas.Un día, ya no habrá ausencia, ni enfermedad, ni despedida.Y ese “un día” —aunque nos parezca lejano— será más largo que esta vida. Será para siempre.
Por eso, aunque ahora la tristeza nos visite, también lo hace la esperanza.Porque no todo está perdido.Porque Dios no nos prometió que no dolería, pero sí nos prometió que el que cree en Él, aunque muera, vivirá.
Así que si hoy estás en duelo, no te sientas solo.Llora si tenés que llorar.Calla si no hay palabras.Pero no olvidés esto: el amor que sembraste… te volverá a encontrar.
"Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá." — Juan 11:25
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