Semana de la ansiedad #3: Tu cuerpo solo está tratando de ayudarte
- Kurt Bendfeldt
- 16 jul
- 1 Min. de lectura

A veces lo sentimos como un enemigo: ese nudo en la garganta, la presión en el pecho, la falta de aire, el corazón acelerado. Nos preguntamos qué nos pasa, por qué el cuerpo “se porta así” justo cuando más necesitamos estar tranquilas. Y entonces le tenemos miedo a nuestro propio cuerpo.
Pero ¿y si te dijéramos que tu cuerpo no te está traicionando, sino tratando de ayudarte?
La ansiedad es una respuesta automática de protección. Es la manera en que el cuerpo dice: “Estoy alerta, quiero que estés a salvo”. No lo hace por crueldad, lo hace porque aprendió —en algún momento de tu historia— que ciertas señales eran motivo de urgencia. Solo que ahora, tal vez, esa alarma suena cuando no tiene por qué sonar.
El cuerpo no distingue entre una amenaza real y un pensamiento catastrófico. Para él, ambos pueden ser lo mismo. Por eso se activa. Pero en lugar de verlo como un castigo, podés empezar a verlo como una señal: algo necesita atención, cariño, calma.
Abrazá esa respuesta con compasión. Agradecé que tenés un cuerpo que quiere cuidarte, aunque a veces se equivoque en cómo lo hace. Ayudalo con respiración, con descanso, con palabras amables. No luchés contra él… hacé equipo con él.
Tu cuerpo no es el enemigo. Es tu aliada más leal. Solo necesita que le enseñes que, ahora, ya no todo es peligro.
"El corazón apacible es vida de la carne..."
Proverbios 14:30








Comentarios