Semana de la ansiedad #4: A veces, lo que necesitás no es controlar, sino soltar
- Kurt Bendfeldt
- 17 jul
- 1 Min. de lectura

Una de las trampas más comunes de la ansiedad es la necesidad urgente de tener todo bajo control. Controlar lo que se dice, lo que se piensa, lo que puede pasar, lo que no debe suceder. Revisar mil veces, anticipar escenarios, tensar el cuerpo por si algo sale mal.
Pero controlar no siempre alivia… muchas veces agota.
Y lo más importante: no es sinónimo de seguridad.
Cuando la ansiedad aparece, una parte de nosotras cree que si lo tenemos todo medido, previsto y vigilado, nada dolerá. Pero vivir así no es vivir, es resistir. Y quizás lo que realmente necesitás no es sostenerlo todo… sino soltar.
Soltar no es rendirse. Es confiar. Es permitir que la vida fluya, que lo que no depende de vos, simplemente sea. Es descansar en la certeza de que no tenés que cargarlo todo, resolverlo todo, entenderlo todo ahora.
Soltar es suave, pero poderoso. Es mirar al cielo, inhalar profundo y decirte: “No tengo que controlar esto. Hoy elijo confiar”. Porque muchas veces, la paz no llega cuando tenés todo en orden, sino cuando dejás de intentar controlar lo incontrolable.
Soltar es valentía. Es fe. Es liberación.
"Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros."
1 Pedro 5:7








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